jueves, 14 de julio de 2016

Rinitis alérgica: Guía de tratamiento

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 29 de Marzo de 2006)
Esta patología afecta del 10 al 30% de los adultos y hasta un 40% de los niños; sin embargo, se sabe que su prevalencia ha aumentado en los últimos años. La rinitis alérgica es clasificada habitualmente en estacional o perenne. Los pacientes con rinitis alérgica muestran síntomas en respuesta a la exposición al polen al que están sensibilizados, por tanto su presentación será estacional dependiendo del área geográfica que consideremos. Por el contrario los pacientes con rinitis alérgica perenne, exhiben síntomas durante todo el año; los antígenos habituales que desencadenan este tipo de rinitis son ácaros del polvo, cucaracha, mohos, caspa animal y alergenos profesionales. Este tipo de rinitis alérgica puede incluir entre sus desencadenantes componentes no alérgicos, que funcionan como irritantes, se incluiría aquí el humo del tabaco.
La rinitis alérgica puede diagnosticarse rápidamente por el exámen físico, los cornetes nasales pueden estar edematosos o pálidos, hipertrofia faríngea, edema palpebral y las líneas de Dennie-Morgan. El prick-test o la determinación de IgE específica pueden ayudar a identificar el antígeno responsable.
Los síntomas mas comunes de la rinitis alérgica incluyen estornudos, rinorrea, congestión y prurito conjuntival, congestión nasal y cefalea, esta última especialmente frecuente en la rinitis perenne.


   El tratamiento de la rinitis alérgica debe orientarse a controlar los síntomas y evitar exacerbaciones de procesos asociados como sinusitis o asma. Se estima que el 40% de los pacientes con rinitis alérgica tienen asma concomitante.
La guía para el manejo de la rinitis alérgica se basa en el resultado de diversos ensayos clínicos aleatorizados y viene recogida en el artículo publicado por B. M. Prenner and E. Schenkel. Allergic rhinitis: treatment based on patient profiles. Am.J.Med. 119 (3):230-237, 2006. Las recomendaciones incluyen evitación del alergeno, tratamiento farmacológico escalonado e inmunoterapia.
  • Evitación del alergeno, que requiere identificarlo mediante prick-test y/o determinación de IgE específicas.
  • Los antihistamínicos orales de segunda generación son recomendados como primera línea de tratamiento. Los síntomas son controlados a la hora de su administración y generalmente son bien tolerados.
  • Antihistamínicos tópicos. El mejor estudiado es la azelastina que diversos ensayos clínicos le otorgan una efectividad similar a la cetirizina o loratadina oral. Se administra en dos dosis diarias y su efecto es rápido. Su principal inconveniente es el sabor amargo que deja en la boca reportado por el 20% de los pacientes.
  • Descongestivos nasales. La asociación de pseudoefedrina a los antihistamínicos orales ha demostrado ser mas eficaz que la administración de antihistamínicos solos.
  • Corticoides intranasales son muy efectivos en el control de los síntomas de la rinitis alérgica. También se observan efectos beneficiosos cuando se administran de forma profiláctica al menos 2 semanas antes del inicio de la estación polínica.
  • Antagonistas de los leucotrienos. Diversos ensayos han de mostrado beneficio con la asociación de antihistamínicos y Montelukast mucho mas que con la administración de antihistamínicos solos en pacientes con rinitis alérgica.
El primer escalón terapéutico de la rinitis alérgica incluiría la administración de antihistamínicos de segunda generación por vía oral. Si persisten los síntomas pasamos al segundo escalón que asocia además corticoides nasales tópicos y/o descongestivos nasales (pseudoefedrina). Si persisten los síntomas asociamos a lo anterior antagonistas de los leucotrienos.
 Prof. Dr. José Uberos Fernández

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